Vitoria-Gasteiz
Hoy salimos del Penedès para viajar a una ciudad de la que estoy enamorada, Vitoria-Gasteiz. Refugio de días de estrés, de vez en cuando me gusta perderme para reencontrarme con mis pensamientos.
¿Qué hago en Vitoria-Gasteiz?
Que hago en Vitoria-Gasteiz cuando me voy un par o tres de días sola me suelen preguntar. Otros quieren apuntarse y no los dejo, porque cada uno necesita tener su rincón para poder reiniciarse.
El Celedón.
Primero, solo llegar y descargar la bolsa en el hotel, me voy andando hasta el centro, hacia la plaza de la Virgen Blanca, subo las escaleras y delante de la iglesia de San Miguel, siempre me está esperando mi amigo. El Celedón, un personaje emblemático de la ciudad recordado en una estatua de bronce y que cada 5 de agosto por las Fiestas de la Virgen Blanca lo representan bajando del campanario con su paraguas.
Me paro a su lado, lo saludo y me quedo contemplando la vista de la plaza. Sigo dando una vuelta por el casco antiguo que con forma de almendra y que aún conserva el encanto de cuando había sido la aldea de Gasteiz hasta que en el siglo XII el rey de Navarra fundo una ciudad allí mismo llamándola La Nueva Victoria. Pero yo no os voy a contar la historia, solo os invitaré a que vayáis a conocerla personalmente para descubrir sus secretos.
Kaleas, edificios y parques.
Paseo por las kaleas que hay por la zona como Cuchillería y Zapatería y me paro en alguno de sus bares a tomar un pintxo de tortilla y un pote según me apetezca. Miro los edificios que me gustan como la Casa del Cordón, la Catedral Vieja o el Portalón o me siento cerca de la glorieta del parque de la Florida.
Anillo Verde
Según el tiempo que haga, a menudo frio, vuelvo al hotel donde me pongo a escribir con las pilar cargadas y al día siguiente voy a pasear por alguno de los parques del Anillo Verde como Zabalgana o Salburua, con prioridad por el segundo, donde mientras paseo por el camino siempre me cruzo con ciervos, cigüeñas y otros animales y si me apetece entro en el observatorio de aves donde suelen nadar los patos sin prisa.
La magia de Vitoria-Gasteiz es esa mezcla de ciudad y naturaleza que te permite pasear sin contar las horas y reinventarte y reiniciarte para volver a la cotidianidad con más fuerzas y las pilas cargadas.
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